La fuerte pendiente de la ladera norte del poblado obligó a sus habitantes a importantes obras para adaptarse a ella.
Para crear varias terrazas utilizaron un sistema mixto en el que la parte trasera de las casas se excava en la roca, y la delantera se nivela mediante rellenos apoyados en muros de contención.
Para evitar muros demasiado altos, las casas tienen habitaciones a diferente cota. Solamente en los puntos de transición entre las diferentes zonas del poblado se construyen muros de mayor tamaño, que además de delimitar estas zonas cumplen una función defensiva.